Una autoridad médica al cuidado de tu piel
Eduardo Fonseca Capdevila cursó los estudios de la licenciatura y el doctorado en Medicina en la Universidad Autónoma de su ciudad natal, Madrid. Se especializó en Dermatología, tras obtener plaza en el examen del MIR, en el Hospital Universitario La Paz (Madrid). Asimismo cursó los estudios para obtener el título de Médico Puericultor en la Escuela Nacional de Puericultura de Madrid. Se considera un médico vocacional, claramente influido por ser el hijo mayor de dos médicos. Su padre era médico general y su madre es pediatra.
Escogió la dermatología porque es prácticamente la única especialidad clínica que permite seguir en contacto con todas las restantes especialidades, incluyendo las de adultos y las pediátricas. Otro motivo de su elección fue porque, a través del MIR, pudo acceder a cursar la especialidad en La Paz con el Dr. Joaquín Soto Melo, que compartía su interés por una dermatología integrada en la medicina asistencial hospitalaria de primer nivel. También tuvo oportunidad de formarse en dermatopatología (anatomía patológica de la piel) con el Dr. Félix Contreras Rubio, con el que luego tuvo la suerte de poder colaborar muchos años.
Además, Eduardo explica que esta especialidad le permite aprovechar su memoria fotográfica, haciendo las cosas más fáciles. Siempre ha creído que la medicina hospitalaria es la base esencial para una formación continuada y la excelencia en la asistencia. Por ello, su dedicación fundamental ha sido siempre el trabajo en el hospital, primero en el Hospital Universitario La Paz, de Madrid, en el que creó la Unidad de Dermatología Pediátrica y posteriormente en el Complejo Hospitalario Universitario de La Coruña, que dirige desde su creación en 1995.
En el hospital trabaja, por tanto, con un gran equipo, no sólo de dermatólogos, sino integrando la dermatología en una fecunda colaboración multidisciplinaria. En su consulta privada trabaja habitualmente solo. Explica Eduardo que la exigencia del hospital en sus vertientes asistencial, docente, de investigación y gestión es muy absorbente y deja poco tiempo. Por ello, su actuación fundamental en la medicina privada es como referencia, segunda opinión (y a veces tercera, cuarta,...) y atendiendo a pacientes que desean una atención muy personalizada.
Eduardo es especialista en Dermatología Médico-Quirúrgica y Venereología y Médico Puericultor, por lo que uno de los campos en los que más ha trabajado ha sido en dermatología pediátrica. También ha dedicado especial atención a los tumores cutáneos, las enfermedades infecciosas, incluyendo la venereología, la psoriasis, el acné, la rosácea, la alopecia y las manifestaciones cutáneas de enfermedades sistémicas.
¿Qué hace del Dr. Eduardo Fonseca Capdevila uno de los especialistas más reconocidos en los campos de la Dermatología y la Venereología?
No tengo más mérito que el trabajo de muchos años en la asistencia, la docencia y la investigación. En Madrid, cuando pasábamos por La Paz, mi hija decía "ahí vive mi papá". Profesionalmente, la vida de un especialista de primer nivel depende del hospital, con la lógica excepción de los médicos de atención primaria.
He publicado más de 500 artículos, he escrito o colaborado en más de 60 libros, presentado más de 1000 comunicaciones y conferencias, enseñado dermatología a docenas de especialistas y a alumnos de cuatro universidades. En España, esto se valora muy poco, pero siempre hay quien lo tiene en alguna consideración.
¿Se inclina por alguna marca en particular a la hora de aplicar tratamientos dermatológicos? ¿De qué depende esta elección?
El especialista debe conocer todas las opciones terapéuticas disponibles en su campo y elegir, en función de la relación riesgo-beneficio, la que más conviene a cada paciente en concreto.
De las áreas en las que está usted especializado, ¿cuál es la más demandada por sus pacientes?
Globalmente, en la actualidad la mayor demanda de asistencia está en relación con el envejecimiento de nuestra población, predominando los tumores cutáneos malignos y benignos. En dermatología pediátrica, la patología predominante es la dermatitis atópica, que cada vez afecta a un mayor porcentaje de niños. En los adolescente, lógicamente el acné. En los adultos la psoriasis, las alopecias y la rosácea. En los últimos años ha habido también un repunte de las infecciones de transmisión sexual, sobre todo verrugas genitales y herpes simple.
¿Qué tipo de tecnología recomienda utilizar a aquellos jóvenes dermatólogos que apenas comienzan su carrera?
La sociedad actual provoca una fascinación por la tecnología, la publicidad, la inmediatez y la apariencia. A los dermatólogos que terminan la residencia, el mejor consejo que puedo darles es que sean conscientes de que apenas han iniciado el conocimiento de la especialidad y que es preciso adquirir experiencia, no ya para aspirar a la excelencia, sino para lograr una mediana calidad asistencial. Para ello hay que trabajar en un equipo que permita intercambiar conocimientos y en un hospital que haga posible interaccionar con otros especialistas.
Es posible que, en un futuro más o menos cercano, las técnicas de reconocimiento de imágenes o de diagnóstico molecular cambien radicalmente la forma de trabajar del dermatólogo, pero, hoy por hoy, la identificación de lesiones y patrones es la base del diagnóstico y de la toma de decisiones para alcanzarlo y evaluar la respuesta a los tratamientos.
Sobre esta base, hay que adquirir experiencia clínica, aumentar conocimientos de dermatopatología y dominar las técnicas de dermatología quirúrgica. Abandonar esto y pretender abordar el resto de la vida profesional con unos mínimos conocimientos, fiando el éxito a la publicidad, las redes sociales y a tecnologías o procedimientos sencillos, que cambiarán rápidamente o serán abordados por profesionales que no requieren la cualificación de dermatólogo, conduce a ser, como mucho, un parcialista (no un especialista).
La dermatología como especialidad relacionada con muchas otras
La piel es el órgano más extenso de nuestro cuerpo. En él pueden incidir muchas de las patologías que afectan a nuestro organismo, por lo que esta especialidad tiene una intensa relación con muchas otras áreas de la medicina. A través de la dermatología es posible detectar, por tanto, otros problemas que afectan a otros órganos y poner sobre aviso a otros médicos especialistas. Esta peculiaridad de la dermatología exige a sus profesionales una amplísima panoplia de conocimientos relacionados con otras áreas de la medicina. El Dr. Eduardo Fonseca Capdevila, gracias a su pasión vocacional y su denodado esfuerzo, ha logrado convertirse en una reputada autoridad médica de la dermatología médico-quirúrgica y venerología.