Calidad de vida y superación de dificultades a través de la logopedia
Blanca González Pescador, nacida en Santander el 21 de marzo, este año alcanza sus 44 años. Tiene una hija de 13 años y un hijo de 11 años, a quienes define como lo más bonito de su vida. Se desempeña como Logopeda, ejerciendo con gran entrega su profesión.
Ha permanecido en su ciudad natal, y en esta cursó sus primeros estudios universitarios de magisterio. Estando en la Universidad, descubrió que realmente no se sentía en la capacidad de enseñar y acompañar a grupos de niños y niños en las etapas determinantes de su vida, adaptándose a sus necesidades y modos de aprendizaje, como debe hacer una buena maestra. Es justamente esta habilidad la que admira enormemente del cuerpo docente.
Gracias a su hermana Marta, que por casualidad había recibido información sobre una carrera nueva que comenzaba a impartir la Universidad Pontificia de Salamanca, se interesó por la logopedia, dado su gusto natural por el lenguaje y la comunicación.
Sus padres apostaron por ella e hicieron un último gran esfuerzo para costear sus estudios en una universidad privada y fuera de casa. Al respecto, Blanca comenta durante la entrevista que es la hermana menor de nueve, todos con estudios y una posición profesional, lo cual no cabe duda que supuso un gran esfuerzo para sus padres.
Una vez finalizados sus estudios de logopedia, descubrió su pasión por el trabajo con personas a las que poder ayudar a través de sus conocimientos como profesional; especialmente le apasionaron dos áreas de intervención: el daño cerebral adquirido y la tartamudez.
Blanca tuvo la fortuna de formarse en ambas áreas en Barcelona, de la mano del Dr. Sangorrín, tanto en su clínica privada como en el Hospital del Mar. Fue una etapa de gran crecimiento profesional y de la que guarda magníficos recuerdos.
Pero las cosas del amor y la familia le trajeron de nuevo a su tierra natal y, una vez sondeadas las posibilidades laborales y el mercado, decidió montar su propia consulta privada. Sus inicios fueron en el despacho profesional de su hermana Belén, que generosamente le cedió las instalaciones en las que ella tenía su empresa de Recursos Humanos. Allí instaló con mucha ilusión una mesa desde donde se iniciaría su andadura profesional.
Casi de manera paralela, la Asociación de Afásicos de Cantabria le dio la oportunidad a Blanca de aprender y colaborar con ellos. Le enseñaron que “la emoción recupera la función” eslogan que ejercen cada día con esfuerzo, sacrificio, pero sobre todo, con mucho cariño y buen humor.
Durante dos años tuvo además la oportunidad de compaginar su consulta privada con el trabajo como logopeda en el Centro Hospitalario Padre Menni de Santander. Con mucha ilusión puso en marcha el área de logopedia en la Unidad de Daño Cerebral, formando parte de un Equipo Multidisciplinar y bajo la batuta de grandes profesionales del ámbito del daño cerebral adquirido.
La consulta privada de Blanca fue creciendo poco a poco, tanto en número de pacientes como en proyectos y fue viendo la necesidad de trabajar en equipo con otras áreas de las que nutrirse y a las que también aportar como profesional. Es en este punto, cuando junto a un psicólogo, fundaron Lópsico.
La demanda siguió creciendo y de manera espontánea, Blanca se dio cuenta de que a sus funciones como logopeda, se unían las de empresaria, con una administración que soportar y sobre todo, con un equipo humano al que dar cohesión, apoyo, formación y con el cual también ha tenido la dicha de crecer cada día.
La clínica tomó un camino diferente cuando en el año 2010, Blanca y Simone Tiemann, juntaron sus caminos profesionales y personales. Simone, de nacionalidad alemana, es terapeuta ocupacional pediátrica y experta en integración sensorial. Blanca la concibe como una gran persona, y asegura que es esa cualidad la que diferencia a los buenos y malos profesionales, sobre todo en el entorno clínico.
Blanca y Simone pusieron en marcha un proyecto innovador en Cantabria que da respuesta, de una forma diferencial a las necesidades que presentan tanto los niños como los adultos que atienden.
Actualmente Lópsico lo conforma un equipo humano compuesto por tres logopedas (cada una con un campo de especialización), tres terapeutas ocupacionales, un psicólogo con formación en Terapia Humanista y Transpersonal y una psicóloga infantil y de familia, que aunque tiene su propio centro, hace un importante trabajo de supervisión y colaboración.
Además fomentan la realización de actividades en sus instalaciones, con la convicción de que favorecen el crecimiento personal. Ofrecen talleres de oratoria, yoga para niños y adultos, talleres de trabajo personal y resiliencia, jornadas y talleres de temas de interés sugeridos por sus clientes, entre otros. Sobre todo les gusta colaborar con valiosas personas, que aportan tanto su cualificación como su forma de ser y afrontar las cuestiones que surgen en la vida.
Otra gran rama que están impulsando desde Lópsico es la de formación, contando con excelentes profesionales y técnicas de intervención terapéutica, en un proceso de continuo reciclaje, tanto internamente, fortaleciendo los conocimientos del equipo, como también brindando importantes espacios de aprendizaje para profesionales externos y padres.
Estando ya de vuelta en Cantabria, la Stuttering Fundation of America le otorgó a Blanca una beca para cursar estudios de especialización mediante la realización de un workshop durante el verano en la Northwestern University of Evanston, Illinois. Tuvo la suerte de aprender la intervención en tartamudez con personas adultas y niños de la mano de los mejores expertos del mundo.
Actualmente colabora como profesional especializado con la Fundación Española de Tartamudez, trabajo que le apasiona y le llena de satisfacción, en tanto que contribuye a mejorar la calidad de vida de las personas que tartamudean y sus familias, a partir de un buen abordaje, basado en la evidencia científica. Así mismo, imparte clases en esta área en los estudios conducentes al título de Grado en Logopedia en las Escuelas Universitarias Gimbernal Cantabria.
En su clínica Lópsico, creen firmemente en la necesidad de especialización para alcanzar mayores cotas de conocimiento, sin perder la visión global como clínicos. Es por esto que apuestan por profesionales cualificados con alto nivel de especialización en determinadas áreas como son: tartamudez, terapia orofacial y miofuncional, trastornos del desarrollo y dificultades lecto-escritas y de aprendizaje.
Blanca siempre ha sentido que por instinto natural se ve impulsada a ayudar a otras personas. Le encanta la escucha y la comunicación y ha estado convencida de que su profesión tenía que ser de la rama humanista.
Hoy expresa con gran entusiasmo que le encanta su trabajo, para Blanca, ir a trabajar es una fuente de energía e inspiración cada día, gracias a las personas con las quer realiza su labor en equipo y también a las personas que acuden a recibir su ayuda, que en muchos casos son las que más le aportan y constituyen una fuente de inagotable energía.
¿Cómo afrontáis cada tratamiento que lleváis a cabo en Lopsico?
A Lópsico acuden personas que solicitan el trabajo exclusivamente del área de logopedia o de terapia ocupacional y otras familias que nos piden ayuda en ambas direcciones. En cualquier caso, lo primero que hacemos es recibir a las personas, acogerlas, darles un primer tiempo para que nos cuenten lo que les preocupa, qué quieren o necesitan cambiar y en qué creen que nosotros les podemos ayudar.
Aquí muchas veces debemos realizar un primer ajuste, bien porque les tenemos que ayudar y brindar nuestro acompañamiento para que conozcan y asuman su situación real, o bien porque el recurso que necesitan no somos nosotros, caso en el cual le recomendamos acudir al profesional que creemos más adecuado.
Posteriormente, en caso de iniciar la relación terapéutica, comenzamos un proceso de evaluación que concluye con un informe de resultados y consejos de intervención. Si el cliente lo desea, iniciamos la fase de intervención, con un plan de tratamiento diseñado a la medida de cada persona y/o familia.
¿Qué parte de vuestro equipo de trabajo es esencial? ¿Hay algún elemento que nunca debería faltar?
Creo que lo esencial cuando trabajamos con personas es el establecimiento de la relación terapéutica, que es generadora de confianza y que permite realizar el trabajo en equipo más importante: el que ponemos en marcha con la persona afectada o con la familia, en el caso de los niños, pilar fundamental de la puesta en marcha de los objetivos que trabajamos en terapia.
En Lópsico trabajamos con los niños bajo un enfoque nos permite seguir la motivación del niño en espacios grandes en los que se puede mover con la necesidad que impone su desarrollo psicomotriz, llevando a cabo los objetivos terapéuticos de manera lúdica, lo cual hace que vengan a terapia con ganas y siempre quieran volver.
¿Cómo saber cuándo es necesario acudir al logopeda? ¿Qué señales hay que tener en cuenta?
En cuanto se sospecha alguna dificultad. El mensaje para los pediatras o los maestros, que son generalmente los profesionales que atienden a niños en primer lugar, es que deriven para que el logopeda haga una valoración, posible diagnóstico o dé pautas a los padres de la manera más temprana posible.
Los estudios corroboran que la atención logopédica temprana es el mejor indicador pronóstico, tanto en casos de retrasos en el habla o el lenguaje, tartamudez, dificultades lecto-escritas, problemas de implantación dentarios por un funcionamiento inadecuado, etc.
¿Cuáles son todos los tratamientos que realizáis? ¿Qué enfermedades atacáis con cada tratamiento?
La figura del logopeda como profesional del habla, el lenguaje, la voz, la deglución y la comunicación es cada vez más importante en el abordaje de las dificultades que conllevan muchas enfermedades neurológicas: afasia, disartria, enfermedades neurodegenerativas como la enfermedad de Parkinson, esclerosis y otras que cursan con el avance de la edad y también aquellos síndromes genéticos con los que nacen algunos niños.
Así mismo, es muy importante el trabajo que como clínicos, llevamos a cabo en trastornos del desarrollo o del aprendizaje, tales como el TEL (Trastorno Específico del Lenguaje), dislexia o déficit de atención. Por lo tanto, el trabajo del logopeda abarca tanto niños como adultos.
Profesionales dedicados a la comunicación humana
Blanca González Pescador, es Logopeda, trabaja incansablemente en Lópsico junto a Simone Tiemann, terapeuta ocupacional, y con un equipo multidisciplinar en el que dos terapeutas ocupacionales más, un psicólogo con formación en Terapia Humanista y Transpersonal y una psicóloga infantil y de familia, imprimen su mayor entusiasmo para brindar tanto a niños como a adultos con limitaciones comunicativas causadas por retrasos en el habla o el lenguaje, tartamudez, dificultades lecto-escritas, problemas de implantación dentarios por un funcionamiento inadecuado, entre otras, el acompañamiento y los tratamientos o intervenciones indicadas según sus necesidades, así como la orientación y el apoyo a sus familiares, con miras a mejorar la calidad de vida de todos.