Tratamientos odontológicos que priman la conservación de tu boca
Carmelo Alustiza Oca, dentista en Bilbao, ciudad en la que nació, es licenciado en Medicina y Cirugía por la UPV y especialista en Estomatología por la misma Universidad. Cuenta con diversos estudios de postgrado: Prótesis y Oclusión en el Pankey Institute (Florida), Shadowing Program en el Chandler Medical Hospital con el Dr Okeson, Lexington (Kentucky), Graduate, Mentor y Clinical Instructor del Kois Center (Seattle), Mini Residence Airway, Clifton (New Jersey).
Inició su andadura profesional en el año 1982 en el Casco Viejo de Bilbao, donde, tras un par de cambios de ubicación, sigue actualmente. Los profesionales que integran la consulta son el Dr. Fernando Alustiza, Médico y Odontólogo, Clinical Periodontology en Goteborg, la Dra. Leyre Salinas, graduada en el Kois center y la Dra. Laia Roig, máster en Periodoncia por la UPV.
En la consulta, Carmelo Alustiza se dedica personalmente a la planificación de casos y a la ejecución de la fase protética de los mismos, estética, función, articulación témporo mandibular en general y pacientes desgastadores. Explica Carmelo que, con el tiempo, es normal decantarse por algunos de los campos que ofrece la especialidad, por temas más concretos y estos eran los que más le llenaban.
¿Qué fue lo que os motivó a dedicaros a la odontología y ofrecer mejoras en la salud dental de sus pacientes al fundar la Clínica Dental Alustiza?
Personalmente siempre me ha movido ayudar a los demás. Cualquier campo dedicado a la salud tiene su faceta humana y éste, aunque parezca mentira, ofrece un amplio panorama que hace que la relación entre el profesional y el paciente sea muy estrecha y eso es algo que me encanta.
¿Qué parte de vuestro equipo de trabajo es esencial para garantizar la salud dental? ¿Hay algún elemento que nunca debería faltar?
El concepto de salud dental ha variado con el tiempo y mucho. Yo siempre he pensado que un buen dentista es aquel que hace que el paciente se pueda despedir de este mundo con sus dientes, es decir habiéndole intervenido lo menos posible en la boca, siendo el concepto de lo menos posible igualable al mínimo imprescindible para ser lo más conservador.
Hoy en día, dado el nivel de vida, alimentación, longevidad y las necesidades estéticas que acompañan al consabido “quiero parecer joven“ han hecho que la eclosión de la odontología adhesiva y los implantes sean un campo en auge. Sin embargo, parece que se ha perdido la sensatez de creer que toda actuación por parte del dentista es inmune tanto al cuidado como al paso del tiempo.
Los dientes se hicieron para durar toda la vida con un cuidado adecuado, ¿por qué pensamos que cada vez que un dentista nos toca la boca, el contador se pone a cero de nuevo? Es un error y ese error se paga caro. Es absolutamente esencial la cooperación del paciente en el cuidado e higiene de su boca.
El tratamiento más barato y eficaz en el dentista es el cepillo de dientes bien utilizado. Es una norma que se ha de cumplir a rajatabla. Parcelar el trabajo sin ser sumatorios no es garantía de nada. Todos sumamos en cada campo y somos, en cada uno, paciente incluido, imprescindibles para un buen resultado final.
Según vuestra experiencia profesional, ¿cuáles son las recomendaciones que les darías a vuestros pacientes para garantizar la efectividad de los tratamientos dentales que ofrecéis? ¿Cuándo y en qué condiciones le recomendaríais a un posible paciente que debe buscar tratamiento odontológico?
Esta pregunta queda casi contestada con la anterior pero, al cepillado correcto, añadiría el tema de la dieta. Azúcares refinados, bebidas carbonatadas con un ph inferior a 5 son destructoras de la capa de esmalte que recubre al diente y, junto al tabaco, son la problemática de hoy en día. Un paciente debe de ser revisado al menos una vez al año con objeto de que si hay algo anormal, se reconduzca cuanto antes para evitar grandes reconstrucciones.
¿Cuál ha sido la historia y los cambios fundamentales que habéis vivido desde la fundación de la Clínica Dental Alustiza hasta el presente? ¿Cómo han afectado a la clase de trabajo odontológico que ofrecéis?
En mi caso concreto, al acabar la especialidad en 1982, la odontología se reducía a reponer dientes con aparatos, prótesis fija sobre otros dientes y amalgamas para solventar las caries. Hoy en día me sigo maravillando cuando, tratando de reponer la función y estética perdidas, atornillamos estructuras que remedan a un diente o varios y que, aún sin su comportamiento biomecánico, dan una satisfacción más que razonable al paciente que lo necesita.
La adhesión también ha dado un paso al frente, sobre todo en aras de hacer muy poco invasivos y con un coste biológico menor los tratamientos a los pacientes. La odontología que se hacía antes no se parece en muchos aspectos a la de ahora, excepto en el de la sensatez, que, a veces, da la sensación de que la hemos perdido. El mercantilismo ha irrumpido en la profesión haciendo mucho daño. Mirar solo a la cuenta de resultados es catastrófico si el producto final es la salud de una persona.
Tus piezas dentales, la prioridad
En la Clínica Dental Alustiza, Carmelo Alustiza y el equipo de expertos profesionales que componen la plantilla de este centro médico dental apuestan por una visión conservadora de la odontología. Esto significa que conservar la funcionalidad de las piezas naturales de la dentadura es prioritario, reduciendo la intervención a aquellas acciones que son necesarias para mejorar el estado de salud y el funcionamiento correctos de los dientes. Esta concepción es, además, una apuesta ética consistente en poner la salud de los pacientes por delante de lo que Carmelo considera una mercantilización de la profesión.