La mejor defensa y asesoría para tus intereses legales
Benito Saldaña Barragán, nacido 1950 en la localidad sevillana de Constantina, estudió Derecho en Salamanca y terminó su carrera en la facultad de Sevilla en 1976, año en el que se dio de alta en el Colegio de Abogados de Sevilla.
Le atrae del derecho el desafío de ser creativo para aplicar la norma penal de la manera que más convenga al cliente y porque cada caso es diferente, por lo que es imposible una aplicación sistemática y mecánica del derecho. Asimismo, le motiva ayudar a quienes acuden a su despacho profesional, ya que se están jugando derechos fundamentales al estar incursos en procesos penales.
En 1976 montó el despacho con José Luis Gálvez Valles, quien ya llevaba un año ejerciendo en el despacho de don Manuel Rojo Cabrera. Más adelante se incorporó Rogelio Vázquez Alves y los tres compartieron despacho hasta 1983 en que Rogelio y Benito se trasladaron a un despacho más amplio al que incorporó Manuel González Lahera y algunos “pasantes”.
Después del verano de 1991 se deshizo aquel despacho y Benito se instaló en solitario con tres pasantes. Desde entonces ha sido el único titular del despacho por el que hasta el día de hoy han pasado más de 20 Abogados que se han ido independizando progresivamente. Actualmente su equipo lo conforman cinco Abogados entre los que se encuentra su hijo Rodrigo.
Desde el principio de su ejercicio a Benito le gustó el derecho penal, a raíz de un caso de asesinato en el que el acusado tenía el entonces (mal llamado) “cromosoma del crimen”. A lo largo de su carrera ha podido hacerse cargo de más de veinte homicidios, bien como defensa o como acusación, además de renombrados asuntos mediáticos: caso Arny, muerte de una chica por un Guardia Civil, violadores de Bellavista, Juana Hearts, Farruquito, Real Betis Balompié, etc.
¿Cómo integra Saldaña Abogados la experiencia de 40 años con la vitalidad y entusiasmo de la parte más joven del equipo? ¿Cómo trabajáis en el día a día?
La experiencia en el ejercicio de la Abogacía y un plus que se añade al estudio, y por ello, en cada caso que entra, los más jóvenes se hacen cargo de la tramitación después de que hayamos tenido sesiones de discusión sobre la mejor forma de orientar el asunto. En este despacho todos conocemos todos los casos aunque sólo uno sea el encargado de llevarlo a cabo y firmarlo, y no cabe duda que mi experiencia de 43 años aporta un grado de calidad a la resolución del problema.
¿Qué sistema de comunicación preferís utilizar con vuestros clientes y por qué?
Nuestra comunicación con el cliente es muy fluida, porque queremos tenerlo al día, para bien o para mal, de las vicisitudes que su asunto va teniendo. Para ello usamos la comunicación directa, que es más completa y despeja cualquier duda que el cliente pudiera tener. Indudablemente usamos el correo electrónico cuando se le quiere hacer partícipe de cualquier documento o respuesta judicial. Hago especial hincapié en la comunicación con el cliente porque a éste, cuando se pone en manos de abogados es porque el tema le preocupa y le quita el sueño y sólo con que sepa que el Abogado está pendiente de su asunto, es un consuelo que agradece porque confía en quien está luchando por su problema.
¿Cómo actuáis una vez recibís en vuestro despacho a una mujer víctima de violencia de género? ¿Qué dificultades os encontráis en el desarrollo de estos casos?
La violencia de género se trata muy profesionalmente, poniendo especial énfasis en la rapidez de la actuación. La lacra de la violencia sobre la mujer ha existido desde siempre, sólo que ahora, con la liberación por parte de la mujer de sus ataduras, sobre todo económicas del hombre, hoy lo denuncia más (aunque no lo suficiente).
Es fundamental conseguir que la víctima de violencia se sienta arropada, protegida, y hacerle ver que su infierno se ha acabado. Muchas llegan con miedo a las represalias que puedan sufrir si denuncian, y es ahí donde hay que hacer la labor psicológica de convencerlas que la denuncia es la única posibilidad de liberación. No siempre se consigue. La mujer tiene que seguir dando pasos adelante en pro de su absoluta independencia del hombre.
¿Cómo se procede en el caso de un menor que delinque en el caso de la acusación? ¿Y en el caso de la defensa?
Hay que distinguir entre menores de 14 años y entre 14 y 18 años. Los primeros, al ser inimputables son entregados a sus padres y ya no se siguen más actuaciones judiciales ni expedientes en fiscalía. Con este tipo de menores, sólo queda, en caso de ir en la acusación, reclamar a los padres las responsabilidades civiles para resarcir a las víctimas los daños o perjuicios que les haya ocasionado. Considero que es un verdadero disparate entregar, por sistema, estos menores a sus padres porque en la mayoría de las ocasiones, los progenitores suelen ser a su vez delincuentes en familias desestructuradas.
Tendrían que existir instituciones que se hicieran cargo de estos menores para tratar de reconducir su inserción social. En el caso de mayores de 14 años, cuando se va defendiéndolos, lo más indicado es llegar a acuerdos con la fiscalía de menores, aportándole documentos (cuando los haya) que acrediten que el menor colabora en Centros, está integrado, es aplicado en los estudios, etc. Siempre hay que tratar de que no cumplan internamiento. Si la posición es de acusador, lo más razonable es llegar a acuerdos con los padres para que paguen la responsabilidad civil a cambio de la menor responsabilidad penal posible.
Décadas de experiencia al servicio de sus defendidos
El equipo de abogados que conforman el Despacho Saldaña dirigidos por Benito Saldaña Barragán ofrece especializaciones en diversos ámbitos del derecho como el derecho de familia y derecho civil. Pero la especialidad del despacho es el derecho penal, tanto la violencia de género como el derecho de menores, el derecho penal económico y cualesquiera otros campos del derecho penal. Los 43 años de experiencia de Benito y su dilatada trayectoria profesional hacen del Despacho Saldaña un reconocido bufete de abogados en Sevilla, con un merecido prestigio logrado en casos de especialidad dificultad y de gran proyección mediática.