El maquillaje como una de las Bellas Artes
Alba Herrera es una bilbaína de 25 años que ha cursado estudios de Bellas Artes en Salamanca y Rumanía. Aunque ama su carrera y la pintura, el maquillaje siempre estuvo muy presente en su vida, si bien nunca se lo planteó como una profesión hasta que sucedió una casualidad: buscando unas lentillas durante unos carnavales se topó con una academia de maquillaje y vio un futuro profesional que abordar. Le encanta pintar, pero trabajar con gente le resulta mucho más gratificante, sobre todo al ver las caras de felicidad de las clientes cuando acaba su trabajo.Una vez terminó su formación en Make Up Camarena ha trabajado de forma independiente combinándolo con contrataciones en Max Factor, Deborah Milano y Bobbi Brown. Al incrementarse su clientela, tomó la decisión de lanzarse al mercado laboral como freelance. Aunque suele trabajar sola, en ocasiones necesita una compañera cuando tiene que maquillar para bodas con muchas invitadas o en un pintacaritas en las fiestas de algún pueblo. En esas ocasiones, Dayana Febres, a quien considera una gran profesional y a quien conoció durante la formación como maquilladora, suele ser su colaboradora.Alba está especializada en moda porque es el sector con un mercado más amplio y, de igual modo que el bodypainting, le permite crear y experimentar con las texturas y el color de una forma más artística que en el resto de especialidades. Para Alba, lo atractivo del sector de la moda es que está en permanente cambio y siempre tiene un trasfondo a estudiar en cada proyecto.
Alba, ¿qué aportó a tu experiencia profesional actual tu interés desde niña en el maquillaje? ¿Cómo se ha desarrollado tu trayectoria?
No soy una persona que se maquille en exceso, pero sí es verdad que desde pequeña he jugado a maquillar a absolutamente toda mi familia y, cuando no había maquillaje, a pintar durante horas. Quizá por eso para mi ha sido siempre más importante el color, la forma y la luz, que las cremas y otros productos cosméticos. Cuando maquillo, pinto.Como en cualquier trayectoria, no puedo dejar nunca de formarme, por eso estoy continuamente realizando cursos que amplíen y complementen mis conocimientos. Los dos últimos han sido de maquillaje para moda en TAT Makeup School y de peluquería para plató en Hairkrone Academy.
¿Qué maquillaje prefieres utilizar en tu trabajo y por qué?
En cuanto a los productos que utilizo, son en su mayoría de la firma Make Up Forever, Yves Saint Laurent, Givenchy y Mac. Temptu para el maquillaje con aerógrafo. Me gustan las pieles naturales por lo que normalmente utilizo bases ligeras o de cobertura modulable, productos en crema con alta pigmentación para trabajar el color e iluminadores con un brillo muy fino.
¿Qué te permite el Maquillaje artístico y FSX? ¿Qué diferencias tiene este tipo de maquillaje sobre otro más convencional?
El maquillaje artístico y los efectos especiales están en muchas ocasiones más cerca de la pintura y la escultura que de lo que se entiende normalmente por maquillaje. Te permiten dar rienda suelta a la imaginación y seguir el instinto, por lo que es más satisfactorio a nivel personal. El maquillaje convencional en cambio, más que crear busca embellecer y realzar los rasgos del cliente, quién normalmente condiciona en gran medida el resultado según sus gustos y necesidades.
¿Qué exigencias tiene el maquillaje de Cine, TV y Video? ¿Cómo se realiza este trabajo?
Lo más importante en cine, TV y vídeo es mantener el racord, es decir, que todos los días de rodaje el maquillaje y el peinado sean exactamente iguales. A partir de ahí cada maquillaje es diferente según cada proyecto, dependiendo de la iluminación del escenario la intensidad del maquillaje variará, aunque un aspecto común en las 3 suele ser mantener la piel mate para evitar brillos excesivos. Las jornadas suelen ser largas, con horas de trabajo muy intenso y horas de "tiempo muerto" en las que tengo que controlar que el maquillaje se mantenga perfecto y retocarlo cuando sea necesario.
Mucho más que maquillaje: arte y creatividad
Para Alba Herrera, su profesión de maquilladora es su manera de expresar su creatividad artística y su devoción por el color, la pintura y los volúmenes. Aunque siempre se adapte a la fisonomía y necesidades de cada cliente, también le gusta aportar ese toque original que logra un elemento distintivo, alejándose de lo estandarizado que solo consigue igualar las caras de muchas personas en vez de resaltar su belleza individual. Por eso mismo, pese a su juventud, ya dirige su propio negocio y su cartera de clientes sigue creciendo gracias al boca a boca de quienes ya han disfrutado de su calidad artística y su creatividad.